
Sentimos llegar la hora suprema en que habrá de consumarse definitivamente el acabamiento de la vieja España, la cual va a desvanecerse como una sombra antes de que concluya este instante solemne de la vida mundial: puente entre la eternidad de un pasado de locura, manchado de sangre y vestido de artificio, y la eternidad de un porvenir consciente de la finalidad creadora de la vida universal, a cuyo cumplimiento se ordenarán, con intensos fervores, las eficiencias puras de las energías humanas.
(Manifiesto Andalucista, Córdoba 1919).
A todos los compañeros y compañeras,
a los trabajadores y trabajadoras granadinos:
La situación de nuestra tierra, de Granada, de Andalucía, nos debe imponer la necesidad de reivindicar con todas nuestras fuerzas una solución muy distinta a las que desde los gobiernos de Madrid (y su sucursal de la Junta) se nos han venido ofreciendo, o mejor, imponiendo los últimos cuarenta años.
El 4 de diciembre de 1977 fuimos decenas de miles de granadinos y granadinas entre más de un millón de andaluces quienes salimos a la calles exigiendo un autogobierno para Andalucía que acabara con el subdesarrollo permanente, con la emigración forzosa, con el desempleo crónico, con el atraso y con la injusticia social que nos privaba del desarrollo con pan, trabajo y dignidad al que todos los pueblos tenemos derecho.
Cuarenta y dos años después de aquella multitudinaria demostración de dignidad de las gentes de Andalucía , constatamos que esa posibilidad de autogobierno conquistada con la lucha y refrendada con el voto un 28 de febrero se esfumó por la acción y omisión del régimen político del PSOE en la Junta, por las medidas recentralizadoras de los gobiernos del PP y por las imposiciones antidemocráticas de la UE. La situación de Andalucía a 40 años de aquel día de lucha sigue siendo de subordinación política, dependencia económica y expolio cultural. Hoy, por si fuera poco, padecemos un gobierno privatizador de lo público y ciego y sordo a las demandas sociales: “el trifachito” del PP, Ciudadanos y Vox”, obedientes cumplidores de cualquier mandado que se les imponga desde los poderes económicos y financieros para los que realmente trabajan y a quienes están subordinados.
Subordinación política de la Junta de Andalucía al Estado español y a la UE, promotores y defensores del cierre de nuestras industrias y del modelo basado en el extractivismo minero, en la agricultura esquilmadora e insostenible y en la especialización en el turismo, que envenena nuestro medio ambiente, nuestras costas, nuestras ciudades y pone en peligro nuestros más preciados tesoros naturales y urbanos, expulsándonos de nuestros barrios para el disfrute de turistas y buscando el único beneficio de los empresarios beneficiados por el “pelotazo turístico”.
Un modelo en el que cada vez tienen más poder los grandes monopolios y las multinacionales, quienes se apropian de nuestras riquezas y nuestro trabajo a cambio de salarios de miseria y de explotación, un modelo que nos perpetúa como temporeros del campo y el turismo, que empuja a cientos de miles de andaluces y andaluzas a la pobreza y, cada vez más, como tantas veces en nuestra historia, a la emigración ante la falta de esperanza en un futuro digno en nuestra tierra.
Esta realidad afecta especialmente a las mujeres andaluzas, que sufren no solo la explotación capitalista, sino además el peso de los cuidados familiares y las múltiples violencias del patriarcado: las mujeres andaluzas somos maltratadas, ninguneadas y asesinadas pese al “paternalismo institucional”, pues el Estado no cuestiona la raíz del problema, y es cómplice de estas violencias en no pocas ocasiones.
Es por todo esto que debemos volver a gritar con una sola voz nuestras demandas de soberanía real y efectiva, la cual permita a las mujeres y hombres de Andalucía disponer de su futuro y de sus vidas en sus propias manos; de poder decidir plenamente sobre todo lo que nos acontece y nos empobrece como pueblo y de poder adoptar, nosotros mismos, las medidas para atajar la corrupción endémica y la pobreza económica y moral que padecemos.
Ante “el trifachito”, ante el gobierno de Madrid, ante cualquier atisbo de injusticia que no venga a reparar el mal que históricamente padecemos hemos de gritar más fuerte que nunca desde una Granada, que padece la vergonzante cifra de tres desahucios diarios, que tiene una tasa de desempleo que hace que uno de cada cuatro granadinos no pueda acceder a un trabajo y que más de la mitad de nosotros tengamos que trabajar en condiciones pésimas; que sufre la pobreza severa en las carnes de muchas de sus familias que no tienen asegurados los suministros básicos de agua y electricidad. Desde nuestra Granada, que lleva a cuestas la cruz de los constantes recortes en derechos básicos como son la Sanidad y la Educación Pública, debemos sumar nuestro esfuerzo.
Digamos ¡basta! este 1 de Diciembre, exijamos y construyamos una salida real a todos nuestros problemas. Una salida que debe ser construida entre todas, porque no hay recetas mágicas ni atajos; una salida que pasa necesariamente por reclamar y exigir soberanía, es decir, nuestro derecho como pueblo a decidir libremente, en todos los ámbitos de la vida: político, económico, social y cultural.
Participemos en la manifestación de Córdoba en la que desde el Sindicato Andaluz de Trabajadores y Trabajadoras (SAT) estamos volcando nuestros esfuerzos.
Desde Granada, con Andalucía y con nuestro futuro.
¡Viva Andalucía libre!
Paco Cabello.
Portavoz territorial del SAT de Granada.
Para leer y suscribir el manifiesto «VIVA ANDALUCÍA VIVA»
Manifiesto de la Nacionalidad (Córdoba 1919)
manifiesto-andalucista-de-cordoba-19191
SALIDA DE AUTOBUSES DESDE GRANADA