Orgullo 2023: Trabajar con derechos en Andalucía.

Orgullo 2023: Trabajar con derechos en Andalucía.

Orgullo 2023

El 21% de las personas del colectivo LGTBI dice haber padecido de discriminación a la hora de buscar un empleo debido a su orientación sexual, porcentaje que aumenta al 50% en el caso de personas trans o no binarias. Esta proporción es la misma que en 2021, mientras que número de personas que han asistido a episodios de agresiones verbales ha aumentado en tres puntos porcentuales.

Si analizamos la cuestión de la inclusión por sectores industriales, concluiremos que, el sector primario, el de fabricación y el de educación son los peores según sus empleados en términos de aceptación. Por lo contrario, el sector tecnológico y el terciario lideran el ranking.

Asimismo, si estudiamos el problema según la jerarquía, concluiremos que los profesionales deciden hacer pública su orientación sexual según su puesto en la compañía: mientras 7 de cada 10 profesionales en posiciones directivas lo comparten, solo un 31% en puestos subordinados lo hace, dato que mejora en cuatro puntos el resultado de 2021.

Una de las cosas que va a determinar si una persona LGBT sale o no del armario con su entorno laboral, para vivirlo con tranquilidad, es el tipo de contrato. No es lo mismo ser una persona funcionaria con un sueldo estable, que una persona joven precarizada que va encadenando contratos temporales de baja calidad. En una situación de precariedad como la que se está viviendo actualmente en España, el miedo a que un contrato no se renueve condiciona mucho la forma de comportarse en el trabajo.

En cuanto a las entrevistas de trabajo, también es posible que muchas personas LGBT mientan u oculten su orientación sexual o identidad de género. Sobre todo si hablamos de cargos importantes para los que se ha invertido mucho esfuerzo. Por ejemplo, un trabajador público gay que ha estado 5 años estudiando oposiciones, y que en su entrevista de trabajo oculte su orientación sexual. Todo por miedo a que salir del armario eche por tierra todo su esfuerzo para conseguir un trabajo como funcionario.

Las entrevistas de trabajo son la puerta de entrada a un mundo laboral, por lo que hay miedo al rechazo inicial. Se ocultan amaneramientos, se controla la expresividad y se intenta mostrar una apariencia neutra que no desvele rasgos de la identidad, o que puedan ser objeto de homofobia.

FzGB23IXgAIE8ia

El derecho a un trabajo digno y con derechos.

Cada día presenciamos ataques sistemáticos de los derechos de las personas LGTBI que se materializan en discursos de odio. Y esto también sucede en el ámbito laboral, donde un 42% de las personas LGTBI han sufrido algún tipo de violencia verbal en el trabajo y un 10% agresiones físicas, mientras que el 75% de las personas LGTBI creen que no tienen las mismas oportunidades.

El rechazo está presente y hay que contestar contundentemente a los ataques con una estrategia que permita alcanzar una igualdad real y efectiva. Por ello, es fundamental tener una Ley estatal que garantice los derechos de las personas LGTBI, que incluya también un marco normativo en el ámbito laboral, incluyendo cláusulas para la igualdad y no discriminación de las personas LGTBI en los convenios colectivos, que nos lleven a centros de trabajo inclusivos.

En la actualidad, sólo el 30% de los convenios colectivos tienen este tipo de cláusulas y, en la mitad de los casos, son sólo una declaración de intenciones, de manera que queda mucho por hacer, lo que indica que es indispensable abundar en esta lucha, tanto en el ámbito social como en el ámbito laboral, con acuerdos que permitan avanzar en el reconocimiento e implantación de derechos, en la necesidad de frenar los discursos LGTBIfóbicos y de avanzar en la igualdad de trato y no discriminación. Para poder vivir y trabajar en Andalucía y con todos los derechos, hay que normalizar el propio derecho a que se nos reconozca como miembros de la clase trabajadora.

Es, desde la lucha de clases, como nos integraremos plenamente-

¡La lucha es el único camino!

El «nuevo» convenio de Hostelería o el mismo cuento de siempre.

El «nuevo» convenio de Hostelería o el mismo cuento de siempre.

 

WhatsApp Image 2022-10-09 at 17.47.13

El «nuevo» convenio de Hostelería o el mismo cuento de siempre.

El convenio que tienes en tus manos no es el convenio que necesitamos los trabajadores y trabajadoras de la Hostelería de Granada.

CONVENIO HOSTELERÍA 2023 (Aquí puedes descargarlo)

Este convenio lo han negociado CCOO y UGT (como casi todos) y, al final, solo lo ha firmado UGT. Ni uno ni otro han consultado a los trabajadores, hecho asambleas, etc. para saber qué es lo que queremos y cuáles son nuestras necesidades reales. Tampoco nos han pedido permiso para firmar esto: nos lo han impuesto patronos y sindicalistas del pesebre.

Pero “esto es lo que hay”, nos dirán.

En realidad, con este convenio se pierden derechos y las subidas salariales que contempla están muy por debajo a coste de la vida real

En este convenio, que han tardado meses en firmar patrones y sus compadres de la UGT, se mantiene prácticamente el 95 del texto del anterior acuerdo y no se ha escrito ni una línea que permita el fin de los abusos que cometen las empresas de Hostelería:

  • Se «condena» a las camareras de pisos a la discriminación en cuanto a derecho y reconocimiento de derechos.
  • Se abre la mano a que los contratos fijos – discontinuos se conviertan en el chollo de los nuevos contratos a tiempo parcial.
  • Se acuerdan unas subidas salariales que en nada remedian la permanente pérdida de poder adquisitivo que padecemos las mujeres y hombres que trabajamos en la Hostelería.

Desde la óptica del Sindicato Andaluz de Trabajadores y Trabajadoras (SAT), el camino para recuperar y hacer efectivos nuestros derechos pasa por una política sindical de participación y unidad entre los trabajadores que, mediante asambleas y contraste de ideas, impongan las condiciones ya pactadas e impulsen un futuro convenio donde se aborden medidas concretas que hagan imposible el abuso permanente que padecemos, la externalización, la desregulación y el robo generalizado al que los empresarios nos someten.

Mientras tanto, hay que seguir peleando, empresa por empresa, para hacer efectivo lo que ya está acordado y que de aplicarse en su totalidad restaría en su mayor parte el gigantesco saldo de iniquidad y latrocinio patronal y de incapacidad y traición a sus compañeros de clase por parte de los “Pili y Mili” del sindicalismo caduco que padecemos y que, en el sector de la Hostelería granadina convoca unas cifras de afiliación que producen absoluto sonrojo y que no son otra cosa que el resultado de su transigencia e inoperancia para resolver nuestros problemas laborales.

El sindicalismo que tanto CCOO como UGT representan no nos sirve para nada. Desde nuestra óptica de un sindicalismo de Clase, unitario, feminista, asambleario y andaluz, vamos a seguir dando respuesta a las verdaderas necesidades de los trabajadores y trabajadoras de la Hostelería y lo seguiremos haciendo “a pie de tajo” y no en las reboticas de restaurantes o departamentos gubernamentales.

Si la Hostelería te quema: si ves vulnerados todos los días tus derechos, si en la contratación sufres la precariedad, si no estás dado de alta en la Seguridad Social, si se te paga menos de lo estipulado en convenio colectivo, si no te pagan las horas extraordinarias, si te obligan a trabajar más horas, si no tienes vacaciones ni descansos…

¡Ponte en contacto con nosotros!

WhatsApp Image 2022-12-05 at 09.04.28

¿Por qué este convenio solo lo ha firmado la UGT?

CCOO y UGT son dos burocracias sindicales que viven gracias al dinero que se les entrega desde el Estado y, a efectos prácticos para nosotros, los trabajadores y trabajadoras, poca diferencia hay entre ellos. Son los Pili y Mili del sindicalismo español, los cuales firman por todos y nos endosan acuerdos que en nada favorecen ni atienden las necesidades reales de trabajadoras y trabajadores.

A nivel estatal, CCOO y UGT han firmado y permitido la entrada de las empresas de Servicios en el sector de la Hostelería, han firmado convenios que restan los derechos reconocidos en los convenios provinciales (Restauración Moderna, Grandes Colectividades, etc.) y han respaldado, firmado y asumido convenios de empresa que imponen la precariedad y los salarios de miseria en el subsector de la comida rápida y empresas de pizzas.

En lo que se refiere a Granada, a CCOO y UGT los trabajados de la Hostelería les importamos tres leches. En el año 2014 se llevó a cabo la última huelga de carácter provincial, convocada, sin muchas ganas, por las referidas burocracias sindicales. Hasta ese momento, CCOO era, entre los dos, el sindicato que contaba con más delegados en la provincia de Granada, pero, poco a poco, la UGT ha ido sumando delegados y comités de empresa hasta superar a los primeros. Todas y todos conocemos esos delegados a los que casi nadie ha votado y que firman todo lo que la empresa les pone por delante, ya que, para eso, han sido elegidos por la empresa, que no por sus trabajadores. También, durante la huelga del 2014 tuvimos la vergüenza de ver a muchos delegados de CCOO y UGT coger horas sindicales para que no les descontasen los salarios de los días de huelga, o ver a los delegados del Hotel Alhambra Palace firmar un convenio de empresa en pleno conflicto.

Pese a que el convenio vigente hasta mayo del 2023 (anterior a este) lo negociaron y firmaron CCOO y UGT sin que ningún trabajador de la Hostelería estuviese presente y cuyas negociaciones se finiquitaron, tras un día de cuchipanda, chupitos y cubatas entre patrones y burócratas sindicales en un reservado del bar Tendido 1 de la zona Plaza de Toros, este lo ha firmado solo la UGT.

Lo ha firmado UGT porque ha sido el que dirigido las negociaciones por mor de contar con más “delegados” que CCOO, pero bien lo habrían podido firmar ambos, ya que CCOO no ha abandonado las negociaciones hasta el día de la firma, cuando, ante la inminencia del acuerdo en el que eran parte firmante minoritaria, salieron con aquello de “que se perdían derechos” y que “se continuaba discriminando a las camareras de pisos”, quejas que adobaron con una sarta de mentiras.

Por eso y por nada más, es por lo que este convenio lo ha firmado solo la UGT, que se ve favorecida en la Comisión Mixta Paritaria de Interpretación del convenio y sube unos peldaños respecto a CCOO en cuanto a su capacidad de traicionar y vender a la clase obrera.

Sector de Hostelería y Turismo.

SAT Granada

BARRIL SOLIDARIO DEL SAT, SÁBADO 17 DE JUNIO.

BARRIL SOLIDARIO DEL SAT, SÁBADO 17 DE JUNIO.
WhatsApp Image 2023-06-09 at 08.19.40
Este próximo SÁBADO 17 DE JUNIO, DESDE LAS 13, 00 HORAS, celebramos un BARRIL SOLIDARIO (el último antes del Verano) en el BARETTO PARADISO (calle Real de Cartuja nº 50).
En estos barriles, realizamos una jornada de confraternización entre compañeras y compañeros y aprovechamos para comer y pasar un buen rato. El evento cuenta con los precios populares, la comida es gratis (la preparamos entre todas/os) y con la realización de estos actos contribuimos a la financiación del sindicalismo alternativo andaluz.
Si tienes niños, puedes traerlos también.
¡No te lo puedes perder!

Ángeles Márquez: “Las limpiadoras somos un sector maltratado y ¿quién nos ayuda? Nadie”

Ángeles Márquez: “Las limpiadoras somos un sector maltratado y ¿quién nos ayuda? Nadie”

Entrevista La Poderío(Desde aquí puedes acceder a la entrevista en EL SALTO)

La presente entrevista ha sido publicada en el Diario EL SALTO

angeles_marquez_01


Ángeles Márquez: “Las limpiadoras somos un sector maltratado y ¿quién nos ayuda? Nadie”

Ángeles Márquez Naranjo es trabajadora de la limpieza, uno de los sectores más feminizados y precarizados. La suya es la historia de la eterna luchadora, con una vida laboral dura y complicada, de subcontrata en subcontrata en empresas en las que pagan tarde y mal y con las que sólo se puede comunicar por whatsapp o email.

Ángeles Márquez La Poderío 01
Ángeles Márquez Naranjo Lola F. Palenzuela
 
Ángeles Márquez La Poderío 01
Ángeles Márquez Naranjo Lola F. Palenzuela
 

La historia de luchas y demandas laborales de Ángeles Márquez Naranjo ya sea en solitario o acompañada, es dura y realmente complicada. Ella se enfrenta a diario a situaciones que sin duda alarmarían a cualquier trabajador o trabajadora de cualquier sector. 

¿Se imagina que su empresa le pague menos de lo que viene en su nómina? ¿Se imagina que, sin contar con usted, le cambien de una empresa a otra y se entere por un aviso de la Seguridad Social? ¿Se imagina que su empresa le pida que compre usted el material que n

 
 

La historia de luchas y demandas laborales de Ángeles Márquez Naranjo ya sea en solitario o acompañada, es dura y realmente complicada. Ella se enfrenta a diario a situaciones que sin duda alarmarían a cualquier trabajador o trabajadora de cualquier sector. 

¿Se imagina que su empresa le pague menos de lo que viene en su nómina? ¿Se imagina que, sin contar con usted, le cambien de una empresa a otra y se entere por un aviso de la Seguridad Social? ¿Se imagina que su empresa le pida que compre usted el material que n

ecesita para desarrollar su trabajo y que luego ya se lo pagarán? ¿Se imagina que tiene un accidente en su trabajo y el único contacto con su empresa sea por whatsapp?  

Pues vamos a dejar de imaginar y hablemos con una de las protagonistas de esta historia de ‘terror’ laboral del sector de la limpieza que trabaja en uno de los 250 Centros Andaluces de Emprendimiento (CADE), gestionados por la empresa de la Junta, Andalucía Emprende. 

¿Desde cuándo trabajas en los CADEs?
Desde 2007. En Granada hay treinta centros y todos ellos dependen de la Junta de Andalucía, de Andalucía Emprende. Lo que pasa es que unos CADEs están en dependencias municipales, y los limpian el personal de los ayuntamientos y en otros estamos las contratadas por las empresas que la Junta saca a licitación cada año. 

¿Los CADEs mantienen el personal, aunque la empresa con la que licitan cambie cada año?
Sí, porque según marca nuestro convenio, el de Limpieza de los Centros no Hospitalarios, cuando llevas cuatro meses en un centro se te considera personal fijo de ese centro.  Así la nueva empresa que entra por licitación te tiene que subrogar. 

¿Cuándo empiezan tus demandas ante la Inspección de Trabajo?
La primera fue hace al menos dos o tres años, porque estuve trabajando 17 días y no me los pagó nadie. 

¿Y todavía no sabes nada de este pleito?
No. Estuvimos en el SERCLA (Sistema Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales en Andalucía) y no se llegó a ningún acuerdo por lo que ahora va por vía judicial. Con estos tiempos, usted cree que es normal que a una persona de las que estamos trabajando aquí (CADEs), que muchas no llegan ni a los 140€ al mes, ¿les puede merecer la pena meterse en juicios? Pues claro que no. 

También demandaste hace unos meses a tu actual empresa.
Sí, en diciembre puse una demanda en la Inspección de Trabajo contra Fun-Fair S.L y me han contestado ahora, en abril. Me dan la razón y sancionan a la empresa con una multa de 6.000 €. En este caso yo denunciaba, entre otras cosas, que cuando pedía un día para llevar a mi hermano al médico, mi hermano está a mi cargo y es gran dependiente, la empresa me decía que lo cogiera pero que luego lo tendría que recuperar, algo que va en contra de lo que marca nuestro convenio. 

Y después de esta demanda han venido otras, en solitario o colectivas con compañeras de los CADEs de otras provincias andaluzas.
Bueno, es que después de haber ganado aquella demanda los abusos por parte de la empresa han seguido. Según nuestro convenio la nómina nos la tienen que ingresar del 1 al 5 de cada mes. Pues no solo se retrasan en el pago, sino que también nos ingresan menos de lo que viene reflejado en la nómina. La de marzo la cobramos a finales de abril y me faltaban 42,5 €. Hice la reclamación en Recursos Humanos de la empresa y me contestan por whatsapp que el error se subsanaría. Luego, en la nómina de abril, que la cobramos el 19 de mayo, me faltaron 64,5 €. Entonces wasapeo a mi supervisor y le digo que me falta dinero en los pagos que me han hecho en las últimas nóminas y él me contesta que le diga cuanto me deben y que él se encarga. Cuando le digo que son 107 €, me dice que es mucho dinero y que se lo diga a Recursos Humanos y siga reclamando. 

Luego han venido otras demandas con compañeras de los CADEs de Granada, Almería, Málaga y Huelva, contra las empresas en las que estamos contratadas, la última que hemos interpuesto en la Inspección de Trabajo es la del pasado 31 de mayo.

Demanda colectiva

Esta última demanda colectiva que presentaron a la Inspección de Trabajo, y de la que remitieron copia a Andalucía Emprende, la realizan como trabajadoras contratadas por Do Not Look Back S.L. y Fun-Fair S.L, empresas licitadas por Andalucía Emprende y ambas con domicilio fiscal en Madrid. En ella ponen en conocimiento de la Inspección “la situación tan denigrante” que están atravesando y los problemas que vienen padeciendo con las subrogaciones de las empresas salientes y entrantes: impago de los atrasos o la no subida salarial del 3,5% que marca el convenio para este 2023;  retrasos en el cobro de la nómina; ingresos a las trabajadoras de cantidades inferiores a las que aparecen en sus nóminas;  incumplimiento del periodo vacacional; no proporcionar la ropa trabajo que según convenio les corresponde; la imposibilidad de comunicarse con la empresa físicamente o por teléfono, solo lo pueden hacer vía correo electrónico o por whatsapp.

También denuncian que, con fecha 14 de mayo de este año para Almería y Málaga y 15 de mayo para Granada y Huelva, las empresas que tienen la licitación de la limpieza con Andalucía Emprende, dan de baja a las trabajadoras en la Seguridad Social sin previo aviso, y un día más tarde las dan de alta en una nueva empresa, la empresa Yaunde S.L, empresa totalmente desconocida para estas mujeres. Según el Boletín Oficial del Registro Mercantil, a fecha de 2 de enero de 2023, la Empresa YAUNDE SOCIEDAD LIMITADA, estaba “Declarada en situación de INSOLVENCIA TOTAL por importe de 2.212,89 euros…”. En el Boletín del 30 de enero aparecen dos entradas más de esta empresa declarándola en situación de insolvencia, en una por importe de 1.484,93 € y en otra por 70.492.83 €.

En esta demanda las trabajadoras manifiestan que “Andalucía Emprende y la Junta de Andalucía deberían investigar y estudiar más a fondo a la hora de conceder las licitaciones públicas a las empresas que participan en la convocatoria, ya que dar la licitación al presupuesto más económico no es siempre la mejor opción”. En el escrito a la Inspección de Trabajo incluyen enlaces a tres noticias de medios de Tarragona, Segovia y Córdoba, en los que se informa de las demandas por impago de nóminas de trabajadoras de la limpieza contratadas por estas mismas empresas, Do Not Look Back S.L.

¿Qué te parece la respuesta que te han dado desde Andalucía Emprende tras recibir copia de la última demanda que realizan a la Inspección de Trabajo?
Bueno, creo que es lo de siempre. Políticamente podrá ser correcto, pero yo digo que ni es moral ni es ético. No me vale de nada que digan que van a sancionar a la empresa cuando ahora ellos siguen con ella. Que la empresa les ha dicho a Andalucía Emprende que el cambiar de nombre ha sido un error y lo iban a subsanar, pero, si el error lo cometieron el 16 de mayo, ¿cómo a día 2 de junio no está subsanado? Y el 1 de junio dieron de alta a la compañera del pueblo de Granada que venía trabajando sin estar dada de alta, sin contrato. La han dado de alta en Yaundé, la empresa en la que nos han metido sin nuestro conocimiento y que ahora está operando en Granada, Huelva, Almería y Málaga. 

¿Estáis sindicadas?
Yo sí, pero la gran mayoría no lo están porque… Mira, ahora que nos hemos unido en un grupo de whatsapp sabemos más cosas que están pasando, como que hay compañeras a las que la empresa les ha dicho que al trabajar una hora diaria no les pertenece tener vacaciones, y por eso no han cogido nunca vacaciones. O el caso de la compañera que le he comentado antes que la acaban de dar de alta a raíz de nuestra demanda, pero que estaba sin contrato trabajando la mujer una hora al día. Existe mucho incumplimiento del convenio por parte de las empresas y también desconocimiento de nuestros derechos por nuestra parte. 

El sector de la limpieza, clave en la economía

Según el estudio Grandes Cifras del Sector Limpieza en España, de 2022, publicado por International Facility Management Association (IFMA) “el alto grado de atomización empresarial caracteriza la estructura de la oferta de este sector, en el que coexisten un reducido grupo de grandes compañías multiservicio y numerosas empresas de pequeña dimensión”. 

En el año 2020 —según este informe— operaron en España 34.649 empresas dedicadas a la prestación de servicios. En una entrevista en marzo de 2022, el presidente de la Asociación Profesional de Empresas de Limpieza (ASPEL) y de la Federación Europea (EFCI), Juan Díez de los Ríos, mantenía que “siendo España un país de servicios (70% del PIB), somos parte muy esencial de la cadena de valor de los demás sectores. La limpieza somos una fortaleza para España, siendo un porcentaje del 1,05% del PIB. Tenemos que dar visibilidad a estos más de 570.000 empleados, de los que el 76% son mujeres”

Si yo ahora mismo me caigo, me tuerzo un pie o me pasa algo, ¿a quién llamo?

Ángeles, dices que empezaste en 2007 en el sector de la limpieza. ¿Qué cambios has visto en este tiempo?
Ha ido a peor. De 2007 a 2012 estuve trabajando de forma continua con la empresa Castor y si bien también peleábamos por nuestros derechos, era otra cosa, porque tenías estabilidad en esa empresa. Pero ahora, ¡si te cambian de empresa cada año! ¡Y empresas que ni sabes dónde están! Si yo ahora mismo me caigo, me tuerzo un pie o me pasa algo, ¿a quién llamo? ¿A Fun-Fair que me ha dado de baja? ¿A Younder, que no tengo ni teléfono ni WhatsApp ? ¿Qué hago?

¿Cuántos años tienes?
63. 64 voy a cumplir. 

Cuéntanos cómo es un día normal de trabajo para ti.
Yo me levanto a las 5:15h y salgo de mi casa a las 6:20h. Cojo el primer autobús a las 6:30h y llego a mi puesto de trabajo a las 6:50h o 6:55h, porque yo empiezo a las 7:00h. Luego, acabo a las 11:00h y cojo el autobús y cruzo toda Granada. En el otro trabajo empiezo a las 12:30h y acabo sobre las 15:30h. Vuelvo a mi casa en dos autobuses y llego a tiempo de recoger a mi hermano del autobús de ASPROGRADES porque no tengo con quien dejarlo ya que estamos él y yo solos. Por la mañana, pago a una persona para que lo lleve al autobús del centro ya que yo salgo muy pronto de casa. 

Entonces, ahora trabajas para dos empresas, ¿no?
Sí. En una empresa tengo 20 horas semanales y en la otra, en el CADE de Granada, tengo 13 y media. 

Entre tus demandas también figura el que no os lleguen los productos ni el material para limpiar.
Al principio esta empresa nos dijo que los materiales los compráramos nosotras y que en la nómina del siguiente mes ya nos lo pagarían. 

¿Y cuánto gastas en materiales?
Es que yo les dije que no los compraba. Que yo no tenía una empresa de limpieza para financiar eso. Entonces, ¿qué pasa cuando le pides materiales? Pues que a mí en un año me habrán mandado dos veces materiales. La última vez le dije a la empresa que hacía ya un mes que le había hecho el pedido y que no lo había mandado y le pregunté: ¿con qué limpio, con agua? Y él, el responsable, me contestó: Sí, con agua.  

En estas condiciones, limpiar sin productos, podemos hablar de incumplimiento del servicio contrato, ¿no?
Pues claro, pero están engañando porque quien los contrata permite que los engañe. Yo estoy leyendo los pliegos de licitación y ahí pone que Andalucía Emprende tiene que nombrar a una persona que se encargue de velar por el cumplimiento de estos pliegos. Que me engañen a mí que soy ignorante, vale, pero que engañen a un ente público. Esa gente tiene estudios, carreras, máster, cobran por eso, ¿no? Que digo yo que por eso no cobran lo mismo que yo. Tu tienes que reclamar lo que tú has puesto en el contrato y si lo reclamas una vez y no vienen, a la segunda le dices: señores, ustedes se van, y buscas otra empresa. 

Ángeles, ¿cuánto te queda para la jubilación?
Me quedan cuatro años. No me puedo jubilar hasta que no cumpla los 67.

 

 

Ángeles Márquez La Poderío 02

 

 
Ángeles Márquez Naranjo
Ángeles, madre de tres niñas y un varón, se quedó viuda cuando su hija más pequeña tenía 8 años. “He trabajado en el campo desde muy joven y luego, en el boom de la confección industrial dimos un curso de formación profesional en mi pueblo, Villanueva de Mesía, y montamos una cooperativa muy grande, toda de mujeres”. La cooperativa cerró y se puso a coser para un taller industrial que le trabajaba a la firma Mayoral. “Estuve trabajándole muchísimos años con ellos”. Pero Mayoral empieza su proceso de deslocalización: Marruecos, Portugal y más tarde China.

Así se quedó sin trabajo y con una pensión de viudedad exigua. “Entonces puse con mi hermana una tienda de todo a cien pero con eso, en un pueblo chiquitillo, yo no podía sacar adelante a mis cuatro niños, no me daba”. Así que vuelve a reinventarse y hace un curso de carpintería: “Lo acabe y luego, tres cuartas partes de lo mismo. Otra vez a cero”.

Un día su hija la lleva al INEM de Loja a preguntar si podía echar los papeles del paro agrario. Le dicen que no, que tenía que haber cotizado más años en el campo y que con 47 años que tenía, ya era tarde. “Allí mismo, en el INEM, vi un cartelito que decía: Se busca limpiadora. Y le dije a mi niña: Llévame ahí. Y mi niña me dijo: Pero mamá ¿te vas a ir a limpiar? Pues sí, le dije”.

En ese momento sus hijos estaban estudiando en Granada (cuatro hijos a los que Ángeles les ha dado carrera y ahora todos ellos están bien colocados), así que se vendría del pueblo y trabajaría de lunes a viernes en Granada y el fin de semana volvería a Villanueva de Mesía. “Y así fue como empecé en esto de la limpieza, en el año 2007”.

Dos años más tarde, en 2009, su madre sufre un aneurisma, la operan y se queda gran dependiente. “Entonces se vino a vivir conmigo y con mis niñas a la casa y también mi hermano Cristóbal, que vivía con ella”. Ahora Ángeles vive con su hermano. Sus hijos hace ya años que abandonaron el nido materno.

Doñana, una frontera de producción

Doñana, una frontera de producción

Otras miradas (acceso al Blog del diario PÚBLICO.

(El artículo que aquí reproducimos, ha sido publicado en el Blog del diario PÚBLICO).

Doñana, una frontera de producción

Soledad Castillero Quesada

Antropóloga Social. Investigadora Instituto de Migraciones (Universidad de Granada) y docente FPU Departamento Antropología Social (UGR).

th-1762794034

En los últimos meses, Doñana ha sido uno de los nombres que más ha aparecido en los debates públicos andaluces, así como en las redes sociales, que funcionan hoy como catalizadoras de lo urgente. Es decir, la inmediatez que estas permiten, posibilitan tener mucha información en un espacio breve de contenido y tiempo. Esto puede ser práctico en la temporalidad líquida a la que asistimos, pero también puede ser cuanto menos problemático. Que Doñana y la problematización de su estado y deterioro esté en el mapa es sin duda motivo de alegría, pues estamos ante el mayor humedal europeo en el que habitan especies que generan un hábitat indispensable para el sostén de la vida. No obstante, más allá de las sanciones o legislaciones que se apliquen tanto en detrimento del parque como a su favor, necesitan tanto de una comprensión histórica como de un análisis antropológico de la realidad social en la que se inserta.

En este caso, la más próxima que podríamos señalar sería la provincia de Huelva, la cual no se puede comprender sin el sector productivo de cultivo intensivo de frutos rojos. Un cultivo que a su vez guarda una relación estrecha con una de las materias primas más importantes que ofrece Doñana: el agua. Un bien que se encuentra en peligro tanto por las escasas precipitaciones, pues en 2022 el parque registró su temperatura máxima con mínimos de precipitaciones, como por el uso indebido de extracción para este modelo de cultivo intensivo. Atenderemos a esta última cuestión, analizando algunos por menores, pero antes sería necesario hacer mención al hecho que ha desencadenado que Doñana sea una de los nombres más repetidos hoy.

El pasado abril de este 2023 se anunciaba el trámite de una ley por parte del Partido Popular y Vox para habilitar más suelo de regadío, mientras que la comunidad científica señalaba como dramático el estado de Doñana. Se trata de una ley que de entrada es Contra Natura. Tal ley se justificaba bajo la defensa de los agricultores del sector del fruto rojo y sus familias y la necesidad de conservar sus cultivos. Esto activó la movilización de plataformas como la Asociación de Agricultores del Condado y la Plataforma en Defensa de los Regadíos de Doñana. Desde estas organizaciones, denuncian el futuro incierto, entendiendo que la comunidad científica, las asociaciones ecologistas y las personas expertas se tornan como la parte enemiga. Así, asistimos a una dualidad interpretativa atravesada por una alteridad donde yo no puedo entender al otro y viceversa. Esto no solo crea un conflicto, sino lo que puede ser peor, una ausencia de diálogo.

¿Cuándo nos convertimos en nosotros y ellos?

Esta conflictividad social tiene un origen visible a finales de los 70, principios de lo 80 del siglo XX en adelante, con el popularmente conocido como inicio del desarrollismo. Esto es, el auge de los mercados, la incorporación España y por tanto Andalucía a la Unión Europea, la híper especialización de Andalucía como tierra de nuevas técnicas de cultivo: intensivo y bajo invernadero y el acaparamiento de tierra, materias primas y energía para ello. En el caso de la provincia de Huelva, cultivos significativos como la vid o los cereales, fueron paulatinamente sustituidos por el cultivo de la fresa, a partir de 1972 cuando comienzan a sembrarse 223 hectáreas de fresa, aumentando a 650 hectáreas en 1983, el doble en una década, siendo unas 11.470 hectáreas de cultivo las que se reparten hoy entre arándano, frambuesa y mora por la provincia. Para comprender la instauración y los inicios del cultivo, la obra de La Nueva agricultura onubense de Juan Antonio Márquez Domínguez (1986) es clave. En la misma se habla de un florecimiento agrario y demográfico a través del cultivo de fresón en municipios del litoral, aprovechando  los factores microclimáticos, edáficos, abriendo así la oportunidad en la especulación de la demanda del mercado.

Esta nueva agricultura se abría paso en una época donde el desarrollo se entendía en exclusiva a partir del crecimiento económico. Un paradigma hoy aún central, no sin diversas fricciones que consiguen alentar del peligro de considerar como sinónimos los términos crecimiento y desarrollo. Toda la corriente del decrecimiento, autores como Serge Latouche, del colapso como Carlos Taibo o activistas esenciales como Vandana Shiva o Yayo Herrero así lo muestran. Además, la sociedad ha ido asistiendo a nivel institucional a distintos hitos como son la I Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Humano celebrada en Estocolmo en 1972, donde se critica el crecimiento económico como único fin o la Comisión Mundial de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, donde se acuña como concepto el desarrollo sostenible, así como la Conferencia de las Naciones Unidas de Río de Janeiro (1992) donde se introduce por primera vez el debate del impacto de la actividad socioeconómica humana en concreto sobre el medio ambiente. No obstante, los gobiernos municipales, las políticas públicas y la legislación en los municipios han asistido a otras realidades, a otras formas de hacer. La permisividad de pozos para el regadío agrícola en Doñana no es algo de lo que nos hayamos enterado hace dos meses. La existencia de estos pozos y por tanto estas prácticas eran conocidas tanto por la población local, provincial, como por gran parte de la sociedad. Una práctica normalizada que hoy es criminalizada. Hay está el conflicto y la justificación continua que desde «los otros» se hace. Ocurre igual con el uso de la tierra en zona forestal. Las licencias desde los años 80 han ido copando zonas que hoy sin embargo ya están limitadas y protegidas de la expansión del cultivo, que por otro lado busca y explora otras zonas donde instalarse como la zona del Andévalo o la sierra.

Lo que aquí nos interesa es analizar o acercarnos a esa forma de vivir la situación que han tenido las personas que vieron validadas sus prácticas durante un periodo de tiempo donde se hablaba, entre otras cosas, del oro rojo. Mario, que es el seudónimo que utilizaremos para hablar del entrevistado, es gerente en una cooperativa en Rociana del Condado. Su reflexión es un ejemplo compartido que he encontrado durante el año de trabajo de campo en la zona, donde pese a ser el foco de investigación los derechos socio laborales de los trabajadores y trabajadoras así como las estrategias de agencia desarrolladas en los últimos tiempos, Doñana siempre aparecía en uno u otro modo.

«Pues es que este problema es relativamente reciente cuando aquí se lleva cultivando fresa mucho tiempo antes. Entonces, es como si de repente yo tengo mis hectáreas de fresa donde ha estado cultivando mi padre durante muchos años y de repente llega un organismo medioambiental y me dice que ya no puedo retirar agua de esta zona porque está en contra de esto. Y aquí hay mucho politiqueo y mucha movida interna y conflictos de intereses. No hay que priorizar una cosa sobre la otra o Doñana o las personas ¿no?. El sentimiento de la zona a veces es que importan más unos linces que los seres humanos entonces hay que buscar una solución»

Este extracto delimita muy bien la tensión que no puede solucionarse solo a golpe de sanción, boicot o desprestigio ni del producto ni de la zona. Porque no es que de repente a la persona ecologista no le guste el cultivo de fresa y lo prohíba. No es que el agricultor no quiera que Doñana exista. El problema es que no se ha ido actualizando o trabajando o igual no se ha terminado aún de trabajar de forma conjunta, analizando el contexto, la idiosincracia socio cultural y la trayectoria histórica y situacional como venimos señalando.

El Fondo Mundial para la Naturaleza, en inglés (World Wide Fund for Nature) de ahí sus siglas WWF, nace precisamente con la compra de una zona en Doñana para protegerla de los riesgos que se identificaron ya en los años 60. La desecación de la marisma preocupaba a muchos naturalistas de la época, sobre todo a muchos ornitólogos que ya identificaban la desaparición de especies. Se crea así lo que se conoció como un Fondo Mundial para la Naturaleza, que llevo a la adquisición de una finca en Doñana para la creación de la estación y el observatorio. Una organización mundial con presencia en más de 100 países que tiene su origen en las marismas del Guadalquivir. Entrevistando a uno de sus integrantes, resumen el trabajo llevado a cabo en la zona precisamente de la mano de los agricultores de este modo:

«Nosotros hemos trabajado principalmente tres líneas: con la administración por un lado, evidentemente denunciando los casos de ilegalidades fiscales y seguimos trabajando y trabajamos con agricultores. En muchos aspectos, nosotros fuimos la primera organización que hizo un trabajo de ahorro de agua con agricultores en la zona. También temas de formación y capacitación codo con codo, trabajando junto a los agricultores. Cada vez hay experiencias más positivas, el problema es que sigue habiendo muchos pozos ilegales y por mucho que quiera hacer bien las cosas, el que es ilegal es ilegal evidentemente y el problema ahí es diferente».

La organización, una de las principales en la lucha contra la propuesta de Ley, al preguntarle si hay una correlación entre el estado del acuífero y la expansión del cultivo, no solo lo afirmaba, sino que expresa como:

«El arroyo de la Rocina que es el principal caudal que vierte a las marismas, ha perdido el 50% del caudal en 30 años, coincidiendo con la expansión y propagación de los frutos rojos. Claro que hay una vinculación, que tiene que ver con el cultivo y el modelo de agua para el cultivo».

Este trabajo conjunto es esencial para ir reaccionando frente a los diversos problemas y sobre todo para no entender a Doñana o al sector del fruto rojo como algo despersonalizado, es decir, que los conceptos no se conviertan en términos vacíos de subjetividad, vacíos de territorio, de complejidad.

Entender el sector fresero en Huelva como una frontera de producción

Entender la provincia de Huelva como una frontera de producción ayudaría a dar ese salto de escala. Se entiende que una frontera de producción existe cuando se controlan  a bajo coste lo que Jason Moore a partir de la Ecología Mundo denomina «cuatro naturalezas baratas»: comida, trabajo, materias primas y energía. Cuando el capitalismo puedo operar a bajo coste dominando estos elementos, funciona porque, como apunta Moore, el capitalismo es un proyecto que necesita de la naturaleza humana y extrahumana para los procesos de acumulación. Así, capital y naturaleza irían de forma conjunta para la búsqueda y control de poder. Huelva y el cultivo de fruto rojo produce alimento a bajo coste a partir de controlar el único eslabón que tienen a su alcance, este es el salario y las condiciones de trabajo de las personas, por tanto el trabajo también sería barato, así como el uso/abuso de la tierra y las materias primas como el agua. A su vez, los productores y agricultores al entregar su producción no tienen capacidad de poner un precio y tampoco saben a cuánto pagará el mercado hasta que no pasen 21 días desde la venta. El observatorio de Precios y Mercados de la Junta de Andalucía publica cada año un informe donde, desglosado por semana, aparece el precio de cada producto: fresa, arándano, frambuesa y mora. Durante el trabajo de campo que llevé a cabo en 2021, documenté distintas cadenas de supermercados. Por ejemplo, en plena temporada, abril de 2021, el precio en el lineal de la frambuesa estaba a 12.20€ y al agricultor, según el informe del Observatorio, se le había pagado 7.77€ Kg. Hay una inflacción de más de 5€ entre lo que el agricultor recibe y el consumidor paga. En el caso del arándano y en el mismo lineal de Moguer, además en la misma zona donde se produce, el kilo estaba a 13,28 mientras que al agricultor se le estaba pagando 6,28 es decir, una diferencia de más del doble. Por tanto, las fronteras de producción que establecen en este caso los mercados agroalimentarios ni benefician a los territorios ni por supuesto a quienes ocupan los puestos más básicos y esenciales.

Sanciones y conclusiones

Debiendo revertir tanto los modos de producción como de comercialización, únicamente la vía de la sanción se queda hueca. La decretación del estado crítico así como las sentencias y juicios que se hacen al país por la gestión de Doñana vienen desde 2009. Ese mismo año, la Comisión Europea y el Parlamento Europeo recibieron denuncias por el deterioro de los hábitats del Espacio Natural Protegido de Doñana y se abrió un expediente en 2014, elevándose en 2019 el asunto a la Justicia Europea.

En 2014 se creó el Plan Especial de ordenación de las zonas de regadío ubicadas al norte de la corona forestal de Doñana, para crear un modelo de desarrollo sostenible con el entorno, lo cual identificó qué pozos eran legales y cuales no y por tanto no se podían legalizar. En 2021, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ya determinó que España había incumplido sus obligaciones para proteger el Espacio Natural andaluz de Doñana, por no tener en cuenta las extracciones de agua ilegales al elaborar el Plan Hidrológico del Guadlaquivir 2015-2021. La sentencia concluía: «las extracciones  desmesuradas de agua subterránea,  provenientes de  las miles de hectáreas de fresas y otros cultivos rojos que han crecido sin control sobreexplotando su acuífero, incumplen el derecho comunitario» (Web oficial WWF).

En 2023, la solución más eficaz que se pone sobre la mesa es desatender a todos los organismos institucionales y científicos, con un discurso cortoplacista e ilusorio. La Comisión Europea ya habla de esta ley como una violación flagrante. Un rechazo al que se suman activistas, partidos políticos, investigadoras, académicas, asociaciones de trabajadoras, así como los miembros del Consejo de Participación de Doñana, organismo que rige el parque. Eloy Revilla, el director actual ha mostrado cómo la desecación ya afecta a la mitad de las lagunas permanentes del humedal, catalogado como el más importante de Europa. Nos encontramos en  la sociedad de la Agenda 2030, y apenas a siete años de tener la obligación de cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible que ya se quedaron abiertos en la Agenda  de los Objetivos del Milenio en 2015.

La gran mayoría de los Objetivos, como son: La vida de los ecosistemas terrestres, Salud y bienestar, Agua limpia y Saneamientos, Trabajo Decente y Crecimiento Económico, Acción por el Clima, Reducción de las Desigualdades, así como Producción y Consumo responsables, se ven abnegados ante esta propuesta de Ley. Por eso ir en contra de esta Ley no es ir en contra de nuestros agricultores, ni de la agricultura andaluza, ni de la marca Huelva. Se trata de posibilitar un cambio sociológico, de una deuda compartida con el agua, con la tierra y con las personas, pues es necesario visibilizar colateralmente el estado del agua o el acceso al agua de las personas que habitan también los entornos de Doñana en condiciones infrahumanas como son las personas que habitan en las chabolas o el estado de los servicios básicos como los baños y aseos de las trabajadoras que hacen posible el funcionamiento de este sector, como denuncian Jornaleras de Huelva en Lucha. No estamos hablando del agua como un bien compartido, sino como un bien vertical, donde el acceso prioritario sigue siendo para poder seguir sirviendo porque el modelo productivo intensivo para la exportación es un modelo de servidumbre, donde los capitales están completamente deslocalizados y la riqueza que se queda en el territorio es ínfima. Actualmente estamos ante un modelo que ya no se identifica con ese oro rojo prometido y que tenemos que revertir para paliar los impactos en los derechos sociolaborales de la población también. Esa parte social del alimento que no se ve, por lo que se debe aprovechar esta tirada para otras denuncias colaterales que tienen una relación íntima. Las soluciones ya no son rápidas, sino que son reparadoras y eso quiere decir lentas. Los bienes esenciales para el sostén de la vida como son el agua y el alimento no pueden formar parte de la sociedad del espectáculo donde dialogan los capitales y no las relaciones genuinas entre la gente y los contextos y para ello debemos acercarnos y conocerlos, trabajarlos y no solo impugnarlos. Recordando el lema que se implanto en la manifestación celebrada en Huelva en junio de 2018:

Fresas si, ¡pero con derechos!