37195275_1785852394835215_1383314687214485504_o

(Pincha arriba para ver el vídeo)

El día 26 de febrero del año 2019, se realizó en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Granada. A ella asistieron un considerable número de participantes, que junto a los conferenciantes (Nacho Muñiz, miembro de la CNT-Córdoba y de Arqueología a contracorriente; Lourdes López, miembro del CRAS y de Arqueología a contracorriente; Antonio Morgado, miembro de Arqueología a contracorriente y profesor titular; Eva Alarcón, profesora titular de la Universidad y Mario Ramos, estudiante del grado de Arqueología) fueron actores de un debate intenso acerca de la profesionalización de la arqueología, donde aparecieron otras cuestiones que constituyen males endémicos de lo que hemos venido en llamar “arqueología al servicio de la pala excavadora”.

La mesa redonda comenzó una muy interesante aportación que realizó Nacho, acerca de la experiencia sindical al respecto de la arqueología. Bajo la época de bonanza económica se dieron las condiciones que posibilitaron la creación una sección sindical con la CNT, que con gran esfuerzo, sacó adelante una cantidad de trabajo inconmensurable, en beneficio de los trabajadores arqueólogos. Dicho trabajo, como el propio Nacho señala, se vino abajo con la crisis, quedando la situación un poco estancada. En segundo lugar, Lourdes nos trajo a colación la situación postcrisis de la arqueología, es decir, en la actualidad, y cómo su transformación nos conduce hacia la misma situación, en donde la profesionalización se hace necesaria como base para un profundo, y necesario, cambio en el rumbo de la profesión. Por otra parte, Antonio, manifestó una realidad endémica que atañe a la universidad, y desde la cual no se da ninguna clase de pasos hacia el ya mencionado (y, recordemos, necesario) cambio que ha de darse, denunciando las prácticas poco honorables por parte de algunos individuos. Tras su intervención, Eva puso de relieve otra de las grandes problemáticas de la Arqueología, como es el caso de la mujer, donde el mundo machista y patriarcal en el que vivimos extiendo sus garras hasta cualquier ámbito de la investigación. Finalmente, Mario, en calidad de estudiante, expuso una situación apartada de las problemáticas en torno a las que gira la profesión, que es la situación del estudiantado y los cuadros de futuros arqueólogos, donde se reproducen lo peor de las actuales condiciones.

En definitiva fue un debate emocionante, donde las ideas surgieron y fluyeron entre actores que desean ser partícipes activos de una transformación, donde la arqueología y los arqueólogos y arqueólogas consigan dignidad y unas condiciones materiales decentes para vivir, además de un futuro para el patrimonio, el pasado de los pueblos del mundo.

arqueólogos

MANIFIESTO DE GRANADA POR LA DIGNIFICACIÓN DE LA PROFESIÓN
ARQUEOLÓGICA

ARQUEOLOGÍA PROFESIONAL Y PROFESIÓN ARQUEOLÓGICA

La Arqueología como profesión se encuentra actualmente ante un abismo del que no puede escapar. La situación actual, producto de una crisis, no solo económica, sino generalizada de la deficitaria organización de la Arqueología en España, se ha visto agravada. Ello es el resultado de, en el mejor de los casos, sus cimientos de barro, si bien en el peor ni siquiera existen. Su inexistencia se refleja incluso en cómo la universidad, donde se forman los/las profesionales, ve la existencia de ciertos profesores que manifiestamente indican la no creencia en la existencia de dicha profesión, llegando incluso a autoafirmarse como historiadores más que arqueólogos/as. Esto último refleja su hipocresía al formar parte de los nuevos grados de Arqueología.

En época de bonanza se desarrolló una Arqueología al amparo de la destructiva pala excavadora, que nos llevó a desatender nuestras responsabilidades profesionales de la auténtica naturaleza de la Arqueología, llegando a no preocuparnos ni por el reconocimiento de nuestra profesión ni por lo que significa la misma para la sociedad.

Por ello, aumentaron el número de excavaciones de urgencia, mal organizadas, financiadas y dirigidas, cuyo objetivo era el de liberar suelo al capital inmobiliario. Junto a esto, el auge de arqueólogos/as que han ejercitado una mala praxis en favor de la cartera de negocio ha sido el detonante del derrumbe de nuestro prestigio. La calidad de las empresas de Arqueología se medía en lo rápido y barato que se podía liberar el suelo de los problemas que generaban los yacimientos arqueológicos

Como se puede deducir, los problemas que acucian a la Arqueología son numerosos y de extrema gravedad, todos ellos derivados del no reconocimiento de la Arqueología como una profesión con fuertes bases éticas y de compromiso con el pasado. Podemos enumerar los siguientes problemas que asolan a la Arqueología profesional:

1. El intrusismo laboral, derivado del no reconocimiento como actividad profesional más allá del ámbito académico. Esta situación está provocada por un vacío en la legislación que la deja abierta a cualquier persona que curse estudios humanísticos, sin una adecuada formación. Se han de delimitar claramente los límites de la profesión arqueológica en aras de combatir el amateurismo, escasa formación e injerencia de personas con una visión sesgada de la Arqueología.

2. Voluntariado, promovido como forma de explotación laboral que priva a muchos de los graduados en Arqueología de un trabajo al existir mano de obra gratuita que sale de nuestras universidades.

3. No reconocimiento profesional. La situación laboral indigna a la que se ven sometidos los estudiantes y nuevos arqueólogos/as es intolerable, ya que incluso no obtienen reconocimiento de sus horas de excavación previas a la obtención de la titulación, por lo que se convierten en mano de obra gratuita y sin reconocimiento. Se habría de realizar un modelo alternativo de excavaciones financiadas por la Universidad dentro de un programa de prácticas para proteger tanto y reconocer la labor del estudiantado como dejar el campo laboral libre para aquellos que ya son profesionales.

4. La arqueología de pago como forma más brutal de la explotación y de las paupérrimas condiciones laborales de los arqueólogos. Ya no solo es que nos tengamos que pagar viaje y en algunos casos alojamiento y manutención, sino que si queremos excavar en determinados yacimientos debemos efectuar el pago de una “matrícula”. Estamos pagando por trabajar, lo que ya transciende más allá de la esclavitud.

5. Organización colectiva y sindical. Falta de concienciación entre los/as arqueólogos/as para organizarse y luchar colectivamente por sus derechos. Debido al no reconocimiento de nuestra profesión como tal, se nos imposibilita el derecho a sindicarnos y organizarnos para defender nuestros derechos

6. Competencia desleal. La escasa regulación redunda en fijar a la baja honorarios profesionales. Ante la falta de trabajo, existen presupuestos a la baja para al menos poder obtener un salario, en la mayoría indigno. Con el reconocimiento de la profesión se puede elaborar un convenio en el que se establezca un salario mínimo del arqueólogo, así como un presupuesto mínimo por el tipo de proyecto que preserve la calidad del trabajo. La competencia desleal también se manifiesta entre las propias empresas de arqueólogos/as y la concurrencia con ciertos arqueólogos universitarios instalados en una cómoda posición de privilegio (véanse como ejemplo, los recientes casos de la contratación de servicios ante las subvenciones públicas vinculadas con la memoria histórica).

chiste-humor-evolucion-prehistoria-forges-homo-sapiens

Deja una respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s