Marisol Bueno es una trabajadora autónoma del Taxi de Motril. Desde hace años dispone de la licencia nº 27 otorgada por el Ayuntamiento de la capital de la Costa Tropical, pero la arbitrariedad, la discriminación y el caciquismo le impiden desarrollar su trabajo en igualdad de condiciones al resto de trabajadores del Sector en la ciudad.
Ella es la única mujer taxista de Motril, dispone de la licencia nº 27 y tiene que soportar a diario que no se le permita trabajar en la mayor parte de las paradas del municipio. ¿El motivo?: una serie de arbitrariedades y excusas por parte de los responsables municipales y de la empresa Radio Taxi que la quieren obligar a que abandone su trabajo para el que adquirió, como el resto de profesionales del taxi, una licencia que como tal se encuentra registrada debidamente en el Ayuntamiento.
La pasada semana estuvo en huelga de hambre para apoyar sus justas reivindicaciones y, cuando todo parecía en vías de una pronta solución, volvió a encontrarse con la sinrazón de quienes quieren perpetuar una situación injusta.
Un grupo del colectivo de taxistas agrupados en una empresa como Radio Taxi siguen denunciando a su compañera y el ayuntamiento motrileño sigue haciendo la vista gorda ante estos abusos y poniendo denuncias contra Marisol que nunca llegan a tramitarse puesto a que no existe normativa ni sanción aplicable para ella, sólo la de la estupidez y la discriminación.
Su familia, numerosas organizaciones y colectivos (entre ellos el Sindicato Andaluz de Trabajadores y Trabajadoras -SAT) y vecinos, viene apoyando la lucha de la compañera y denunciando el abuso que se está cometiendo con ella, que se encuentra plenamente respaldada por la Gremial del Taxi de Granada.
A partir de la próxima semana seremos testigo de nuevas movilizaciones en apoyo de una trabajadora ejemplar que sólo desea que la dejen trabajar en igualdad de condiciones.
Desde la Unión Territorial del SAT de Granada queremos expresar el total y decidido apoyo a nuestra compañera y manifestar nuestra firme decisión de no cejar en la pelea hasta que Marisol pueda trabajar libremente.