El pasado día 6 de noviembre los tres compañeros despedidos por el Restaurante Jardines Alberto eramos denunciados por la misma empresa. Se nos acusaba de injurias, amenazas y coacción, soliciátndose para nosotros una orden de alejamiento del local y de las propietarias (que decían temer por su integridad física). Este lunes 2 de febrero se nos ha notificado que el caso queda archivado.
Un nuevo intento de amedrentar a quienes luchan ha sido desmontado. Como no podía ser de otro modo, pues nuestra campaña, desde el primer día, ha sido pública y abierta. De una manera pacífica hemos expuesto ante la opinión pública la grave injusticia que cometía el Restaurante Jardines Alberto al despedir a tres trabajadores (uno de ellos delegado de la Sección Sindical del SAT) por el mero hecho de hacer huelga. El apoyo de numerosos clientes, turistas y gente de Granada, que han rehusado entrar a consumir en el negocio tras conocer las prácticas caciquiles que ahí se cocinan, así como de la inmensa mayoría de trabajadores y trabajadoras del recinto de La Alhambra, que conocían la realidad del restaurante, parece que precipitó a las propietarias y al gerente a tratar de silenciar de nuevo la protesta sindical.
Nosotros nunca necesitamos de la coacción, ni de la amenaza ni de las injurias para hacer valer la razón. Es la solidaridad de tantos trabajadores y trabajadoras, quienes conocen bien la realidad de explotación que se esconde bajo la Granada de la estampa y el turismo, la que nos ha dado el apoyo y la fuerza necesaria para denunciar que en pleno siglo xxi se está despidiendo a tres trabajadores por ir a la huelga. Queda de manifiesto, eso sí, el poco interés por la verdad que tiene la empresa. Y hasta qué punto está dispuesta a ningunear los derechos de los trabajadores y trabajadoras para salirse con la suya. Pues la denuncia era un nuevo intento de atacar a la libertad sindical.
Para terminar, queremos agradecer una vez más el apoyo de todas las personas solidarias, sin las que no hubiéramos podido emprender esta lucha. Pero hoy, especialmente, al equipo jurídico que nos ha asesorado y que tantas veces tienen la valentía de defender los derechos de la clase obrera cuando estos parecen olvidados por quienes hacen la ley. Porque la justicia también es un campo de batalla.
Miembros despedidos de la Sección
Sindical del SAT en el Restaurante Jardines Alberto